12-10-2017
No es difícil encontrar alguien que te ame. Lo difícil es encontrar alguien que no deje de hacerlo.
El autor
He escuchado hasta el hartazgo promesas de amar como nadie jamás lo ha hecho, de besar como nunca nadie lo hizo, de hacer el amor con más pasión que cualquiera.
Nada de eso puedo prometerte...
Soy un tipo absolutamente aferrado a lo real. Aún sin perder ni un poco de mi capacidad para soñar, mantengo mi pasión por lo verdadero. Por lo tangible. Por aquello que es realizable.
Y cuando de amor se trata, más aún. Más me aferro a la realidad, a aquello que es posible. Porque creo que es la base más sólida sobre la cual se puede construir una relación que perdure en el tiempo con ese otro del que estamos enamorados. Y porque creo que eso es estar enamorado: “ver” al otro y elegirlo así, tal cual es. Elegirlo por cómo es.
Y por eso hoy voy a escribirte esta carta con mi promesa real, posible, aún cuando puedas pensar que se parece más a un discurso que a una romántica correspondencia.
Si eso es lo que sentís cuando la leas, creeme, estarías en un error.
Ésta es, probablemente, la más poderosa declaración de amor que puedo escribirte…
Amor,
No tengo manera alguna de saber si mis besos van a ser como los que nadie te ha dado. Ni la más remota posibilidad de saber a ciencia cierta si te haré el amor como ninguno lo ha hecho hasta ahora. Mucho menos de saber si voy a amarte como jamás te han amado.
No puedo prometerte besos jamás sentidos.
Ni sensaciones nunca vividas.
No puedo asegurar que jamás te quisieron como voy a quererte.
Cómo podría?
Cómo saber con cuánta pasión te han besado, con cuánta entrega te han hecho el amor, con cuánta intensidad te han amado?
No.
No puedo prometerte ser mejor que nadie. Ni lo intento. Ni siquiera me interesa…
Voy a hacerte reír todas las veces que pueda y quizás alguna sea con un buen chiste. La mayoría de las veces va a ser haciendo estupideces. Y ésas son las risas que puedo prometerte; las hechas a base de sencillez, de soltura, de comodidad con el otro.
Podés contar con que los detalles sean para mí uno de los pilares de lo nuestro, por mi propio placer. Porque quiero disfrutar de ver cómo te hago sentir con eso. Y por el tuyo. Porque son esos detalles los que van a decirte cuánto te pienso, cuánto te llevo conmigo, estés o no estés a mi lado en ese momento. Y así vas a poder sentirte amada todo el tiempo, estés o no a mi lado en ese momento.
A lo largo de mi vida me ha tocado navegar en mares embravecidos más de una vez y es eso lo que me ha hecho un experto marinero. Por eso puedo prometerte calma durante las inevitables tormentas que tendremos que pasar y fuerza para atravesarlas y dejarlas atrás, acumulando experiencia juntos para cuando nos toque bancarnos el siguiente vendaval. Y alegría desbordante en las épocas de calma, de ésa que se siente cuando lográs disfrutar intensamente de estar vivo.
Desde muy chico me tocó perder cosas y afectos que no estaban en mis manos mantener. Hoy, ante todo, soy alguien que cuida aquello que quiere. Con delicada firmeza. Con devoción. Constantemente. Amarte es para mí, cuidarte.
Puedo prometerte respeto. Absoluto. Total. Y apoyo en todo aquello que quieras de la vida, aún en las cosas en las que pueda no estar del todo de acuerdo. Y ésa es mi más firme promesa de compañerismo.
Porque sé de decepciones voy a darte honestidad en mis palabras. Te aseguro mi oído para cuando necesites que te escuche. Y mi decirte aquellas cosas que crea que necesitás escuchar.
Los años no me hicieron maestro. Los años me hicieron un excelente estudiante que siempre va a querer conocerte más, que siempre querrá aprenderte más, experimentarte más. Y ésa es la pasión que puedo prometerte. La que viene con desesperadas ganas de hacerte sentir en la piel todo el deseo que provocás en mí. Sin tabúes, sin tapujos. En entrega sin recelo.
Pero no, no puedo prometerte amarte como jamás te han amado.
Puedo prometerte amarte como sé, con mis tripas puestas ahí.
Y no dejar de hacerlo en la incansable búsqueda de ser,
el último hombre
que hayas elegido amar…
+++++++++++++++++
Antes de cerrar, REGISTRATE (ABAJO) para enterarte antes cómo convertirte en Mecenas de un hombre cualquiera en cuanto esté listo el sistema, ya que algunos beneficios serán con cupo limitado.
Mientras tanto, si te gustó la nota y querés apoyarme, invitame un cafecito.
Sin pasaje de regreso
-/ ENVÍO GRATIS A TODO EL PAÍS /-
#amor #pareja #familia #hijos #convivencia #rutina #soledad #engaño #autoestima #egoísmo #mujeres #hombres #feminismo #cuidado #miserias #fidelidad #comunicación #belleza #conciencia #humor #sociedad #duelo #perdón y muchos más...
Adrián Ares tiene 56 años y es Licenciado en Psicología recibido en 1992 en la Universidad del Salvador. Padre de dos hijas y una “prestada” –como él mismo la define– lanzó el blog “Monólogos de un hombre cualquiera” a fines de noviembre de 2016 desde una cabaña en Salto, Uruguay, a la cual va frecuentemente a disfrutar de su otra gran pasión: la pesca.
El blog tiene hoy 80.000 lectores, muchos de los cuales interactúan con el autor en los “Miércoles de reflexión”, una sección de su página de Facebook en la que postea bromas con el único fin de divertirse una vez por semana.
Esta primera entrega es una selección de 60 monólogos, entre los cuales el lector encontrará algunos extractados del blog y otros absolutamente inéditos, para zambullirnos en el caos de afectos que nos embargan cotidianamente en este pasaje de ida sin regreso que es la Vida.