21-10-2021
Ningún mar en calma hizo experto a un marinero.
Roberto Vargas
Sobreproteger a nuestros hijos es, por definición, agotador para nosotros y absolutamente perjudicial para ellos. Porque si todo el tiempo te la pasás esquivando las aguas turbulentas para que tu hijo no enfrente las olas, difícilmente ese marinerito se convierta en capitán de su propio barco cuando le toque navegar sin vos marcando el rumbo.
Y el día que tenga el timón a su cargo, una mínima llovizna va a hacerlo zozobrar entre decisiones incapaz de tomar y cualquier tormenta, de ésas que a todos nos tocan vivir a lo largo de los años, va a hundirlo en las aguas profundas de la depresión.
En realidad, sobreproteger a cualquiera es dañino para ese cualquiera.
Porque no hay salud mental si no sos el protagonista de tu propia vida. Y sobreprotegiéndolo no estamos permitiéndole que lo sea.
09-07-2020
Una vez que has acarreado tu propia agua, conoces el valor que tiene cada gota.
El autor
Hay gente que vive porque el aire es gratis, decía mi abuela. Y es cierto, veo muchos seres humanos que si tuvieran que hacer algún esfuerzo para respirar hace rato que estarían tirados en la cola de algún banco o en la parada de colectivos.
Los mismos seres humanos que postean todo el tiempo cartelitos insistiendo en la necesidad de disfrutar el día, pero que sólo pueden hacerlo cuando ese día tiene alguna connotación de “especial”. Si no, no...
14-11-2019
Es más fácil construir niños fuertes que reparar hombres rotos.
Frederick Douglas, reformador social y escritor estadounidense
A pesar de que en muchas actitudes estoy más cerca de ser un orangután que un ser humano, soy un tipo sensible. Un hombre que se lleva bien con lo que llaman “el lado femenino”.
Por lo cual, haber criado a mis hijas virtualmente solo desde que tenían 6 y 4 años respectivamente, no fue para mí una tarea demasiado complicada...
20-07-2018
Si tú te atreves yo te juro que te sigo. Si tú me olvidas te prometo que te olvido.
Luis Miguel, Si tú te atreves
Y un día el olvido entró y se instaló en el sillón del living. Silencioso, invisible, absolutamente imperceptible a los sentidos de ambos. Se puso cómodo, respiró profundo y se dispuso a comenzar a trabajar…
01-05-2017
Dulce Caroline, los buenos tiempos nunca han sido tan buenos.
Me he inclinado a creer que nunca serían...
Neil Diamond, Sweet Caroline
Cuando tenía 25 años era el encargado de Juan Salvador, un pub de Belgrano que en ese entonces, cuando a los bares se les decía pubs, estaba de moda. Siendo virtualmente dueño y señor de aquel lugar, podía decidir en qué puesto me ubicaba cada noche que abríamos. Y fue así que en un “spaghetti party” –cheta manera de transformar a un plato de fideos en algo con onda– decidí que iba a ser el “puerta”...
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Adrián Ares tiene 56 años y es Licenciado en Psicología recibido en 1992 en la Universidad del Salvador. Padre de dos hijas y una “prestada” –como él mismo la define– lanzó el blog “Monólogos de un hombre cualquiera” a fines de noviembre de 2016 desde una cabaña en Salto, Uruguay, a la cual va frecuentemente a disfrutar de su otra gran pasión: la pesca.
El blog tiene hoy 80.000 lectores, muchos de los cuales interactúan con el autor en los “Miércoles de reflexión”, una sección de su página de Facebook en la que postea bromas con el único fin de divertirse una vez por semana.
Esta primera entrega es una selección de 60 monólogos, entre los cuales el lector encontrará algunos extractados del blog y otros absolutamente inéditos, para zambullirnos en el caos de afectos que nos embargan cotidianamente en este pasaje de ida sin regreso que es la Vida.