MONÓLOGOS DE UN HOMBRE CUALQUIERA

03-03-2017

En la cama con tu novio

En la cama con tu novio

Brindo por lo que tú y yo sabemos y los demás ni siquiera se imaginan.

Anónimo

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Estás contenta porque dejaste de ser la segunda y ahora sos la primera?
Bueno… ya sabés lo que te espera, no? Una mina que la tiene clarísima
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Todos sabemos que Facebook tiene espacios para decirles a los demás quiénes somos, cuál es nuestra “situación sentimental”, de dónde somos y en qué lugar vivimos, entre otros. Y entre esos espacios se puede poner de qué trabaja el que se está haciendo su “Face”. Lugar que muchos usan para decir otra cosa...

Madres que dicen que trabajan de darle amor a sus hijos, mujeres que declaran trabajar de “amarte intensamente”, adolescentes que denuncian trabajar de “no hago un pomo, me mantienen mis padres”.

Me enternecen esas madres, me alegro por los beneficiarios de ese amor declarado y me causa gracia la desfachatez adolescente...

Pero he visto hasta el hartazgo frases como el título. “En la cama (o en la esquina) con tu novio”. Y algunas veces, una un poquito más agresiva: “En la cama con tu novio, pedazo de cornuda”.

Bien…

Uno nunca muestra al mundo aquello de lo cual no está orgulloso. Siempre muestra lo que cree que es lo mejor que tiene para mostrar.

Chicas, mujeres… eso es lo mejor que tienen para mostrar? Están orgullosas de estar en la cama con el tipo “de otra”? Es ésa su gran virtud para mostrar al mundo?

Bueno, permítanme que les diga qué lugar tienen en esa relación de esquina y con quién están en la cama…

El lugar de amante, de oculta, de prohibida, se tiene con un tipo sin cojones para atravesar una crisis, ya sea propia o con su pareja. O con un “hombre” sin los huevos necesarios para dar por terminado algo que está terminado, si es que ése es el caso. O, peor aún, con uno de los tantos infelices –en el verdadero sentido de la palabra “infeliz”– que creen que tener esposa/hijos/amante es la trilogía de éxitos en la vida que lo hacen bien “macho”.

La clase de hombre con el cual ustedes se ufanan de estar en la cama es, a mi masculino entender, de lo peorcito que puede haber en muchos sentidos.

El infiel es un pelotudo sin remedio. Porque los escenarios posibles que “lo llevan” a la infidelidad son todos escenarios donde el gran imbécil es él. Aún en aquellos escenarios en los cuales él y una sociedad cada vez más pelotuda creen que es el “gran vivo”.

Es el tipo que te cuenta que con su mujer “está todo terminado”, que no hacen el amor “desde hace meses”, que se queda “por lo chicos”… y que te lo cuenta por whatsapp acostado junto a su mujer, mientras ella duerme. Así de idiota es con el que vas a la esquina.

Porque si está pasando por una crisis y la solución es “ir afuera” un ratito, es un idiota.
Si está todo terminado y sigue ahí, es un idiota.
Si no hace el amor con su mujer desde hace meses, es un idiota. O te miente.
Si hace de tener “una mina afuera” su modo de vida, es un idiota.
Y si se queda “por los chicos”, te está boludeando.

Y a vos te deja en el lugar de aspirante a ser la próxima “cornuda”, no te quepa la menor duda.

Que por otra parte, lo que es cierto es que subirías de categoría. Porque más allá de lo que esta sociedad en eterna decadencia sostiene, la “cornuda” no es una boluda, es sólo una persona que le dio a su compañero una confianza que ese infeliz no merecía. Es un ser humano que se entrega. Es alguien que construye. Y que recibe a cambio traición, engaño y falta de respeto por parte de un zorete sin ninguna virtud, ni como hombre ni como persona.

Y el “canchero” que “le mete los cuernos” es sólo un infeliz que, en su desesperación por sentir una hombría que no tiene, peca de hijo de puta, traicionando la confianza que esa otra persona le dio.

En la infinita mayoría de los casos, estos hombres que están en la esquina con vos, nunca dejan de volver a la cama con su mujer.

Virtualmente en todos los casos no es cierto que no tienen relaciones en casa, y vos también lamés –sin saberlo– el íntimo sudor de “la cornuda”.

En todos los casos, usa la excusa de los hijos para engañarte también a vos y no perderte. O para dejarte en cuanto la cosa se le complique demasiado. Total, en algún lugar, va a haber otra que se sienta orgullosa de estar en la esquina con él. Y con un poco de suerte, ésa no lo cuestione nunca y puedan vivir juntos ese maravilloso “amor prohibido”...

El lugar de segunda es un lugar de mierda. Es el lugar de socia de un hijo de puta. Es el lugar de una real “cornuda” consciente, porque vos sí sabés de “la otra”. Y, en general, no salís de ese lugar de mierda nunca.

Pero no importa. Esforzate, seducilo, presionalo…

Que en una de ésas, si tenés suerte, un día lográs ser la primera.

Ésa que va a depositar confianza en un tipo que,

cada tanto,

va a ir a la esquina a pasear…

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Adrián Ares tiene 56 años y es Licenciado en Psicología recibido en 1992 en la Universidad del Salvador. Padre de dos hijas y una “prestada” –como él mismo la define– lanzó el blog “Monólogos de un hombre cualquiera” a fines de noviembre de 2016 desde una cabaña en Salto, Uruguay, a la cual va frecuentemente a disfrutar de su otra gran pasión: la pesca.

El blog tiene hoy 80.000 lectores, muchos de los cuales interactúan con el autor en los “Miércoles de reflexión”, una sección de su página de Facebook en la que postea bromas con el único fin de divertirse una vez por semana.

Esta primera entrega es una selección de 60 monólogos, entre los cuales el lector encontrará algunos extractados del blog y otros absolutamente inéditos, para zambullirnos en el caos de afectos que nos embargan cotidianamente en este pasaje de ida sin regreso que es la Vida.

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