MONÓLOGOS DE UN HOMBRE CUALQUIERA

24-10-2019

No sé quién te hizo tanto daño

No se quien te hizo tanto danio

Nos vendamos los ojos y no las heridas. Y nos creemos curados.

Mínima adaptación de un post de @nochedeletras

No sé quién fue, no tengo idea. No sé si importa siquiera. Pero alguien, en algún momento, te hizo mucho daño.

Que cómo lo sé?

Porque te veo, porque te escucho, porque te siento...

Porque te veo creyendo que el gimnasio, los amigos, las redes, las noches de joda y las relaciones ocasionales van a suplirlo. Porque te escucho decir que está puesto en este mundo con el único fin de hacerte sufrir. Porque te siento distante de todo intento de llegar más allá de tu piel, esa coraza hecha de suma de cicatrices que sólo el daño puede zurcir.

Porque te veo viviendo en el apuro, en el sin tiempo a oportunidades. Porque te escucho bastardearlo en cada oportunidad que se habla de él. Porque te siento priorizando el placer inmediato por encima de cualquier posibilidad de crecimiento juntos.

No sé quién te hizo tanto daño, no lo sé.

No sé quién te robó la sonrisa, quién acabó con tus sueños. Quién partió tu alma, desparramó los pedazos y los dejó ahí, dispersos, anhelando manos que los reúnan nuevamente. No sé quién socavó tu fuerza y te dejó sin armas para juntarlos.

No sé quién destrozó tu avidez por experiencias nuevas, el interés por repetir las conocidas, tu apetito voraz dirigido al mundo, al que veías como un exquisito pastel a ser degustado despacio, pero hasta la última migaja. No sé quién te quitó ese hambre de vida y dejó en su lugar languidez en el aliento.

No sé quién fue.

No sé quién te hizo tanto daño que te robó la alegría del sol por la mañana, te despojó de la paz del atardecer y dejó tus días sin matices, bajo nubes color plomo y opacas lloviznas, sin resplandor alguno que coloree las horas.

No sé quién descuartizó tus ganas, despedazó tus ansias y llenó tu vida de pesar sombrío, de lúgubres instantes que se suceden unos a otros en un continuo de silenciosa agonía.

No sé quién fue. No tengo idea.

No sé quién hurtó hasta tu tristeza, saqueando en el mismo acto la posibilidad de volver a pararte una vez que hubieras llorado lo que te hiciera falta.

No sé quién te hizo tanto daño.

No sé quién te sumió en el silencio de un corazón amurallado por gigantescas paredes que mienten protegerlo de un dolor que sigue adentro, escondido en cada piedra de esos muros que no dejan pasar el sol. Y que susurran, en un eco permanente, perversas plegarias de retirada, dejándote cada día un poco más lejos del mundo.

No sé quién lo hizo.

No sé quién puso penumbra a tu mirada y la dejó sin el brillo con el que todo iluminabas al despertar cada mañana. No sé quién bajó las persianas y cerró las puertas. Quién apagó las luces y encogió tu alma.

No sé quién sesgó las flores, mutiló el romance, pervirtió los besos y enturbió colores. No sé quién avinagró los vinos y deslució las cenas. No sé quién le quitó al café el aroma a cariño que emanaba y enfrió las tostadas del domingo en la cama.

No sé quién acabó con tu esperanza y te dio a cambio una pretendida justificación de que así estás bien, que necesitás repetirte a diario como un mantra que aleje los fantasmas de la melancolía. Y así lograr la mueca con infructuosas aspiraciones a sonrisa que articulás cuando escuchás que del otro lado del muro hay gente que habla de él.

No sé quién fue. No tengo idea. No sé si importa siquiera...

Lo que sí sé, sin duda alguna, es que está en tus manos qué hacer con tu sonrisa, tu mirada y tus ganas.

Está en tus manos qué hacer con las flores, el romance y el vino.

Está en tus manos la paleta de colores.

Pero si por ese alguien que no sé quién fue resolvieras dejar de creer en el amor, entonces dejame que te diga que esta vez serás vos,

y nadie más que vos,

quien se haga mucho daño…

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Adrián Ares tiene 56 años y es Licenciado en Psicología recibido en 1992 en la Universidad del Salvador. Padre de dos hijas y una “prestada” –como él mismo la define– lanzó el blog “Monólogos de un hombre cualquiera” a fines de noviembre de 2016 desde una cabaña en Salto, Uruguay, a la cual va frecuentemente a disfrutar de su otra gran pasión: la pesca.

El blog tiene hoy 80.000 lectores, muchos de los cuales interactúan con el autor en los “Miércoles de reflexión”, una sección de su página de Facebook en la que postea bromas con el único fin de divertirse una vez por semana.

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