30-11-2016
Espero que alguien reciba mi mensaje en una botella.
The Police, Message in a bottle
Soy el tipo que a veces se deja la barba más allá del largo que te gusta. El que se baña a diario hasta que se le juntan tres días de kilombo en el laburo y se mete en la cama, así como vino, durante esos tres días...
Soy el que se pone remeras hechas percha para ir a pescar, no se cambia antes de volver, y llega a casa con el aspecto de un linyera harapiento, sucio, con olor a pescado.
El que va hasta la ferretería con ese jogging tuyo que se pone para pintar, que le queda corto y le aprieta los huevos como si fuera un Maximiliano Guerra bailando 'El lago de los cisnes', con alpargatas despedazadas, una remera destruida, manchada de pintura. Y el pelo lleno de polvo. Y que cuando le preguntás si piensa ir así, te recuerda que a él lo que la gente piense le chupa un huevo, porque TODO le chupa un huevo, sin importarle si a vos te avergüenza.
El tipo que se demora durante más tiempo del razonable en arreglar una canilla que gotea y que el día que lo hace usa el mal humor como combustible para funcionar y no podés ni acercártele durante el rato que está jugando al plomero.
Ese jodido que tiene arranques de mal humor, que si bien son cortos, tienen la potencia del Etna en erupción, derramando lava hirviendo que todo lo arrasa a su paso.
El adolescente que sube una taza de café, baja a mear y cuando quiere tomar café de nuevo, se lo prepara en otra taza, en lugar de subir a buscar la que quedó en el escritorio. Y sube a seguir trabajando, acumulando tazas hasta que ya no quedan limpias.
El adicto que tose a la mañana, pero que a pesar de los intentos aún no deja de fumar, y te inunda la casa con olor a humo.
El tipo que esquiva cualquier cosa que sea trámite, desde ir a pagar cuentas hasta llevar el auto a que le hagan el cambio de aceite.
El boludo que hace chistes con casi todo, muchas veces sin medir los tiempos para poder empezar a hacerlos y manda lo que le viene a la cabeza “too soon”, como las hijas le han dicho más de una vez.
Soy el jodido que muchas veces no puede contener sus ganas de “decir” y te pone sobre la mesa eso en lo que –al menos por un rato– no querés pensar. Soy el agorero que anuncia el futuro negro que te espera si no hacés algo al respecto.
El mismo tajante de mierda que sentencia a diestra y siniestra con sus opiniones sobre virtualmente todo en este mundo.
Soy el ácido que va por el mundo con la aguja en la mano, pinchando globitos porque no resiste la tentación de ayudar, incluso al que no quiere ser ayudado. Porque si alguien no quiere ser ayudado y quiere seguir viviendo en su nube de pedo, es un pelotudo sin remedio, que de todas formas merece que le pinchen el globo.
Soy el tipo capaz de decir frases como la que acabo de escribir...
Pero que es el jodido que te va a querer con el alma, que te va a perseguir por la casa recordándote cuánto lo seducís todo el tiempo, que va a ser fiel a su proyecto con vos y por eso jamás va a engañarte con nadie. El tipo que va a estar para vos, ahí, dispuesto, absolutamente todas las veces que lo necesites. Ese que te va a respetar primero como persona, y después, casi con admiración, como mujer.
Soy el tipo que te va a traer flores sin motivo, que va intentar hacerte reír todo el tiempo, que te va a apabullar con su modo optimista de ver la vida. El que va a poner el pecho cada vez que necesites patalear un poco y que, con una paciencia casi infinita, va a ir “desarmándote” hasta que recuperes la calma.
Soy ese hombre que nunca te va a decir que no llores. Y te va a abrazar fuerte para contenerte mientras lo hacés. El que te va a apoyar en tus proyectos, aún en los que pueda no estar del todo de acuerdo.
Soy ese incansable constructor, rey sometido voluntariamente a los deseos de su reina, que va a laburar sin parar para hacerte feliz. Simplemente porque ahí, en el lugar donde siente que da, es donde se realiza, donde se encuentra con él, donde es feliz.
Y que si decidís querer a pesar de toda esa humanidad que arrastra, te va a dar el amor más grandioso que se pueda vivir. No por espectacular, no por hollywoodense, no por lo iluminado y lleno de romántica música.
No.
El amor que va a darte tiene sólo una virtud, pero que lo hace único, vital, irrepetible.
Porque ese amor que va a hacerte vivir es, definitivamente, el más REAL de los amores que puedas imaginar...
...
Ah, vos buscás al príncipe azul? El perfecto? El del caballo blanco sin defectos?
Bueno, haceme un favor... tirá la botella nuevamente al mar,
que tal vez,
en alguna otra isla,
haya una mujer que esté buscando un hombre...
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Adrián Ares tiene 56 años y es Licenciado en Psicología recibido en 1992 en la Universidad del Salvador. Padre de dos hijas y una “prestada” –como él mismo la define– lanzó el blog “Monólogos de un hombre cualquiera” a fines de noviembre de 2016 desde una cabaña en Salto, Uruguay, a la cual va frecuentemente a disfrutar de su otra gran pasión: la pesca.
El blog tiene hoy 80.000 lectores, muchos de los cuales interactúan con el autor en los “Miércoles de reflexión”, una sección de su página de Facebook en la que postea bromas con el único fin de divertirse una vez por semana.
Esta primera entrega es una selección de 60 monólogos, entre los cuales el lector encontrará algunos extractados del blog y otros absolutamente inéditos, para zambullirnos en el caos de afectos que nos embargan cotidianamente en este pasaje de ida sin regreso que es la Vida.